¿Como afectan las nuevas tecnologías al empleo y a la cualificación de los empleados?
Nuevas tecnologías, empleo y cualificación.
Como consecuencia de lo expuesto en la introducción, muchos trabajadores son reticentes a la incorporación de nuevas tecnologías y mejoras técnicas por el miedo a perder su puesto de trabajo.
Para que un cambio tecnológico entre en funcionamiento debe ser, primero aceptado y posteriormente internalizado. Del miedo que expresábamos anteriormente nacen las dos circunstancias que acabamos de mencionar, por un lado existe cierta reticencia a incorporar nuevas tecnologías por la "molestia" y coste asociado del aprendizaje y posteriormente su internalización como factor desestabilizador del equilibrio laboral ya que si consiguen implantarse correctamente se corre el riesgo de sustituir el factor trabajo o al menos desplazarlo hacia otras funciones todavía intensivas en mano de obra.
Las nuevas tecnologías, las podemos agrupar:
- Según la OCDE desde el punto de vista de la materia en la que se producen, se encuentran identificados en torno a cinco grupos: biotecnología, de nuevos materiales, espacio, tecnología nuclear y tecnología de la información.
- Según lo que consiguen dichas tecnologías pueden ser de proceso (nuevas formas de conseguir los mismos bienes) o de productos (nuevos bienes o servicios).
Tienen como característica principal su incorporeidad, están asociadas a la innovación, no desplazan a las tecnologías anteriores sino que en la mayoría de los casos vienen a completar y mejorar lo ya existente y suelen afectar con mas frecuencia a los procesos que a los resultados.
Empleo
Los efectos de las nuevas tecnologías sobre el empleo pueden ser de dos tipos:
Empleo
Los efectos de las nuevas tecnologías sobre el empleo pueden ser de dos tipos:
- Directos: las nuevas tecnologías de proceso hacen disminuir mano de obra y costes. Sin embargo, la nuevas tecnologías de producto tienen consecuencias positivas ya que la nueva producción genera una demanda nueva de trabajo.
- Indirectos: las nuevas tecnologías pueden provocar dos efectos:
- Efecto multiplicador: genera demanda neta de empleo en las empresas productoras en bienes de capital de alto contenido tecnológico (debe verse como nuevas oportunidades de negocio no solo la producción directa sino servicios indirectos relacionados).
- Efecto en el precio y en la renta: disminución del precio (coste asociado al producto que mejora por la incorporación de la nueva tecnología) e incremento de la renta.
El cambio tecnológico supone mejoras relativas a aumentos en la productividad (pueden ayudar a hacer el trabajo mejor, pudiendo dedicar mas tiempo a revisar procesos intermedios/finales y eliminar errores), reducción de los costes de producción (en este caso laborales) y mayor capital disponible que puede ser utilizado para nuevas inversiones, nuevos mercados, etcétera.
Cualificación
Por otro lado, el cambio tecnológico se sitúa en el origen del desempleo estructural, el cual puede verse compensado por el nivel de formación de los trabajadores y su formación multidisciplinar o dicho de otra manera, su capacidad para adaptarse a las nuevas circunstancias (por ejemplo, en una línea de montaje, la capacidad que tenga el operario para reconvertirse al ser sustituido en su puesto de trabajo por un proceso automático y ser capaz de realizar las labores de mantenimiento necesarias del nuevo proceso). En este sentido, las empresas pueden ofrecer una formación complementaria a los trabajadores en vista de los cambios tecnológicos.
La idea que subyace sobre el párrafo anterior es la formación continua como un instrumento de adaptación a los cambios tecnológicos. Debemos entender la formación como un proceso que dura toda la vida y que ante la llegada de los cambios tecnológicos debemos ser flexibles y mostrar capacidad para adaptarnos al cambio (proceso de cooperación mutua entre oferta y demanda de trabajo). La formación continua debe conseguir dar respuesta a necesidades presentes y futuras de demanda y acercar la oferta a las necesidades de los destinatarios.
Nuevas tecnologías y producción en la industria y los servicios.
Algunos sectores de la economía son mas sensibles al cambio tecnológico por ser intensivos en capital. Las nuevas tecnologías han significado un desarrollo de las economías hacía la terciarización, de forma que:
- en el sector servicios se ha producido un gran auge asociado a las nuevas tecnologías: comercio electrónico, nuevos sistemas de información, procesos docentes, mejora en las gestiones administrativas, etcétera.
- en el sector industrial la repercusión ha ido disminuyendo puesto que cada vez es más complicado y se pueden medir bajos ritmos de crecimiento en la productividad: baja cualificación de la mano obra, difícil incorporación o aprovechamiento pleno de las nuevas tecnologías, etcétera. Estas mejores se pueden encontrar en tecnologías de la automatización y la robótica, nuevos materiales, nuevos atributos, nuevos productos, mejora de aspectos administrativos y de gestión (igual que en el sector servicios, ya que una parte de la industria cuenta con un proceso indirecto).
- en el sector agrícola, es donde menor impacto tienen las nuevas tecnologías en el presente, pero en el pasado significó la sustitución del trabajo manual por maquinaria (incremento de productividad y reducción de costes), y en el presente el desarrollo apunta a la biotecnología vegetal e instalaciones técnicas óptimas.
Industria
El gasto en investigación y desarrollo (I+D+i) nos permite clasificar en bajo, medio y alto contenido tecnológico (clasificación del Instituto Nacional de Estadística). En función del grado de inversión las empresas consiguen una evolución determinado en su cifra de negocio así como en sus beneficios. Dicha inversión se traduce en posibilidades de cambio tecnológico, y cuando este se produce, suele tener un impacto en la mano de obra (tiende a reducirla o ahorrarla); si el cambio tecnológico consigue mayor cuota de mercado se puede volver a contratar la mano de obra que se ahorró en su momento (por un incremento de demanda).
Servicios
El uso de las nuevas tecnologías, especialmente las asociadas a la información, redunda en beneficios sobre el sector servicios: mejora de la gestión y la administración, servicios asociados a la venta de nuevo capital y nueva tecnología, servicios de asesoría y consultoría, etcétera.
Producción en la industria y los servicios
Podemos identificar una serie de fases o etapas que ilustren el comportamiento del empleo según nos encontremos en un fase u otra:
- Fase de diseño e instalación es intensiva en trabajo e incluso puede crearse ya que corresponde al desarrollo de la nueva tecnología.
- Fase de implantación tiene a destruir empleo, tanto en el sector industrial como en el sector servicios. Por ejemplo, imaginemos un robot para el caso industrial o un proceso automatizado de nómina o gestión de facturas para el sector servicios, en ambos casos se destruye empleo cuando se implementan.
- Fase de servicios asociados al producto vendido o producido donde se produce la creación de empleo.
- En el caso de expansión del mercado, se consigue incremento del empleo contratado ante la perspectiva de nuevas ventas.
"El cambio tecnológico y sus repercusiones en el mercado de trabajo tiene una doble interpretación que posiblemente ha sido exagerada. Efectivamente, en una primera visión, la tecnología crea ocupación cualificada con altos salarios en los sectores emergentes, pero también se pierden puestos de trabajo en los sectores productivos mas tradicionales. Sin embargo, una segunda lectura no permite afirmar que lo que realmente provocan los cambios tecnológicos es la transformación de las estructuras productivas, al mismo tiempo que requieren al conjunto del mercado de trabajo nuevas habilidades y capacidades para crear riqueza".
OCDE (1998) The OCDE Jobs strategy:
technology, productivity and job creation, best policy practices. pp. 35).
En el siguiente gráfico se recoge la influencia que tiene el cambio técnico sobre el empleo y la estructura del trabajo en las organizaciones, así como en las ocupaciones.
Bibliografía:
MOCHÓN, F. (2000). Economía, teoría y política. McGraw-Hill. Madrid.
MANKIW, N.G. (2012). Principles of Economics. South-Western Cengage Learning. Ohio.
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